Queremos compartir esta nota de Clarín, donde se expone la problemática del mercado IT y sus profesionales.
Comienzan a trabajar demasiado pronto? No existe vocación real? Los cursos cortos sirven? Directivos de empresas y universidades opinan en esta nota de Clarín.
Las razones por las que las carreras de sistemas no alcanzan a satisfacer la demanda de profesionales de ese sector fueron uno de los ejes principales de un debate sobre las relaciones entre universidades y empresas organizado por la consultora Accenture.
A propósito de la presentación de un libro para estudiantes de disciplinas informáticas, la consultora convocó al decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Jorge Aliaga; al rector de la Universidad de Belgrano (UB), Avelino Porto; al presidente del Comité Ejecutivo de la UADE, Héctor Masoero; y al director de la Licenciatura en Administración y Sistemas del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), Luis Stábile, para analizar una relación que no siempre es fluida.
Roberto Alvarez Roldán, presidente de Accenture Argentina, describió el dilema frente al cual se encuentran las empresas del sector: “necesitamos tomar gente que tenga un nivel de madurez razonable y potencial para crecer, porque si no crecen y no se desarrollan, el negocio muere. Este problema no se resuelve con un chico que toma un curso de seis meses”, enfatizó. Lo que hay que lograr, dijo, “es un chico que esté bien formado, con sus dos patas, la teórica y la práctica actualizada, dándole espacio para que pueda estudiar y se reciba”.
Sin embargo, una de las cuestiones por las que los alumnos de estas carreras no se reciben es que son rápidamente reclutados por las empresas y, finalmente, abandonan. Jorge Aliaga, de la UBA, lo ilustró de esta manera: “la mayor parte de los alumnos de la Licenciatura en Computación de Exactas trabaja todo el día y eso conspira contra la eficiencia del estudio, que termina siendo la actividad secundaria”. Para el decano, “hay que buscar incentivos para que los estudiantes avancen en su carrera. Algunas empresas los dan, pero es muy difícil convencer a un chico de 20 a 22 años al que le ofrecen un sueldo más alto que el que ganan sus docentes de que le conviene seguir estudiando”.
Para el rector de la UB, Avelino Porto, otro componente de este problema es la falta de vocación de los estudiantes: “la mayoría piensa en el interés del día después de graduarse: ‘¿Tendré trabajo, ganaré plata?’. Algo falla en relación con los valores: hay que tratar de hacer renacer las vocaciones”, exhortó.
En la Licenciatura en Administración y Sistemas del ITBA, no promocionan la inserción laboral temprana. “Hemos hecho cosas para dificultarla, como organizar los horarios para que los alumnos de primero y segundo año no tengan oportunidad de trabajar”, contó Stábile. “Sí lo promovemos en tercero y cuarto año”, aclaró.
Colaboración
En cuanto a la interacción entre las empresas y las carreras informáticas, Héctor Masoero, de la UADE, identificó de parte de las universidades “falta de un acercamiento a la demanda, para tratar de entender mejor qué es lo que necesitan las empresas y capacitar más rápido a los estudiantes en esas especialidades”. Las empresas, por su parte, “deben transferir conocimiento a las universidades y, cuando incorporan pasantes, no deben usar esa fuerza de trabajo en actividades que no tienen que ver con la producción, porque se desvirtúa la pasantía”, agregó.
Desde la visión de Stábile, la colaboración entre ambos sectores es inevitable: “la universidad tiene su peso específico en la generación de conocimiento y las empresas, en la aplicación. Sin embargo, no podemos decir que no contribuyan de manera gravitante en la producción de conocimiento. Lo hacen a través de resolver problemáticas reales, que son infinitamente más complejas que los modelos académicos”.
Por Gabriela Samela para iEco
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