“Hoy este método es una herramienta cultural que forma parte de la manera en que la gente aprende en las compañías”, sostiene Carlos Biscay, director de E-ABC, un proveedor de e-learning para distintas empresas.
Si bien el auge de Internet a nivel mundial comenzó hace aproximadamente cinco años, el especialista sostiene que en la Argentina la incorporación de este tipo de aprendizaje surgió entre los años 2002 y 2003 y recién ahora se está generalizando.
En cuanto a los cursos, los temas a tratar son decididos por la compañía, pero el modo de presentación y enseñanza debe ser práctico y entretenido, para que sean comprendidos e incorporados con más facilidad. Sobre este punto, Biscay explica: “Nosotros transformamos los contenidos en algo didáctico para que pueda ser asimilado y lo pasamos a un formato web”.
Una de las empresas que optó por implementar e-learning para llegar a sus empleados es Cablevisión. La firma comenzó a utilizar este método en el año 2007 a partir de una demanda específica.
“Necesitábamos comunicar algo puntual a una gran cantidad de personas”, cuenta Rafael López, responsable de capacitación de la Gerencia Corporativa de Recursos Humanos de la compañía.
Según López, una condición fundamental para que funcione el sistema es que el empleado sienta la necesidad de capacitarse. Si no conoce el motivo de la enseñanza, es muy difícil que los conceptos sean incorporados, ya que una característica de los cursos es que son una forma de autoaprendizaje que requiere disciplina.
Por eso, uno de los obstáculos a la hora de su implementación es la arraigada tradición de la enseñanza presencial. Sobre este punto, López señala: “Venimos de una cultura de transmisión por el habla.
Estamos acostumbrados a que alguien siga nuestro aprendizaje”.
Sin embargo, el e-learning se vuelve una opción casi imperiosa en aquellas compañías de importante dispersión geográfica. Por ejemplo, cuando se cuenta con una gran cantidad de empleados repartidos en distintos puntos del país, el aprendizaje por Internet es una herramienta muy útil.
Sobre este punto, Verónica Chetman, directora de Estudio C, una empresa que provee e-learning desde 2004, resalta: “Cuando el sistema está bien hecho, permite vencer las barreras geográficas y lograr cobertura en poco tiempo”.
Para Chetman, otra ventaja del e-learning es que brinda la posibilidad de dar una respuesta rápida a las inquietudes que surgen durante el proceso, más allá de la distancia física de los empleados. “Al área de capacitación le permite generar una telepresencia y lograr un feed-back en tiempo real”, sostiene.
Este fue uno de los motivos de su implementación en Aeropuertos Argentina 2000. “Los aeropuertos del interior necesitan estar capacitados constantemente, y con este método, esto se puede organizar desde un solo lugar”, explica Mariela Ioszpe, encargada del desarrollo y diseño de contenidos del proyecto.
En el caso de esta empresa, la idea surgió de uno de los empleados en el marco de un concurso en el que se presentaron proyectos para mejorar la compañía. Finalmente, los cursos que se incorporaron incluyen contenidos visuales, animados y auditivos, y su desarrollo tiene una duración aproximada de dos meses.
Pero los especialistas destacan que el principal beneficio que brinda este método es que el aprendizaje puede realizarse en cualquier tiempo y lugar. En este sentido, Ioszpe remarca: “La enseñanza autoadministrada permite a los empleados elegir cuándo y dónde capacitarse”.
Paula Olivo, jefa de Capacitación y Desarrollo de Elea, un laboratorio que también eligió formar a sus empleados a través de Internet, coincide y explica: “Las nuevas generaciones cada vez más quieren tener sus tiempos”.
En cuanto a la implementación del e- learning en la empresa, Olivo destaca que hubo “una adaptación paulatina, pero positiva. Con este sistema sumamos nuevas herramientas y formas de capacitarse”.
Por otra parte, un aspecto a tener en cuenta es que el aprendizaje por Internet nunca debe suplantar a la enseñanza presencial, sino que se trata simplemente de una opción diferente. “No hay un sistema mejor que otro. Lo bueno es ir respondiendo a las nuevas dinámicas y necesidades”, aclara la especialista.
Por eso, el aprendizaje cara a cara no debe verse desplazado, sino reforzado. En este punto, López afirma: “El e-learning por sí sólo no logra transferir los conocimientos. Siempre conviene mechar el mundo real con el virtual”. Y concluye: “Este método no viene a reemplazar, sino a potenciar la enseñanza”.
Por Guadalupe Piñeiro Michel
Especial para iEco
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